domingo, abril 30

Our Last Concert


El estadio estaba lleno de punta a punta. la gente enloquecía más y más; gritaban nuestros nombres como si fuese el día del juicio final y nosotros sus salvadores.

Los gritos llegaban hasta los camarines y ni la yerba que fumabamos con tanto afán nos permitía borrar los nervios típicos que te surgen antes de salir al escenario.

De repente llegaste con tristeza en tus ojos y miraste con asco el panorama que me rodeaba. Luego me invitaste al pasillo para que pudiesemos hablar con más tranquilidad.

Estabas llorando, y me asustaste infinitamente. En el fondo yo sabía que todo terminaría y quería aprovechar a cada segundo estos útimos momentos en los que podía contemplarte. Pero la verdad es que no recuerdo qué fue real y qué no lo fue...estaba tan drogada que no hubiese avanzado ni un paso fuera del camino que me había trazado yo misma hace tiempo.

Yo, en el fondo, te comprendí. ¿Quién querría estar con alguien así?. Ya no tenía tiempo ni para mí misma. Mis nervios estaban destruídos, mi depresión crecía día a día y la paciencia se me había ido a la mierda. Había demasiado trabajo. Tú siempre me visitabas, pero a veces nuestro contacto se limitaba a un saludo lejano, pues no había tiempo ni para besarnos.

Solo había que recordar la última vez que hicimos el amor...
Fue un día en el que la depresión me superó por completo; un día en el que te visité derrotada y humillada, cansada de tanto ensayo, firmas y conciertos; cansada de la maldita yerba y los horarios malditos...cansada del alcohol en exceso y los brazos cortados en momentos de locura.

Tú me amabas igual que siempre, y me recibiste a pesar de todo. Yo tiritaba mucho, te acuerdas?. y tú me abrazaste tan fuerte que creí que todos mis problemas se acabarían a partir de ese momento. Pero luego me besaste y yo te recibí con rabia, con maldad. Te dije mil estupideces y me fui con mucha más rabia de la que había llegado. Mi mente transitaba por todos lados y yo me odiaba cada vez más a mí misma...

- La música o yo - Me dijiste entre sollozos
- De ahora en adelante, todo concierto va a ser para tí...siempre te voy a amar -

No me permitiste darte un beso de despedida. Luego me fui, era el momento de salir al escenario y no te vi nunca más.

viernes, abril 28

Sueños

De mi niñéz se fueron muchos recuerdos, pero permanece intacto un paseo de la infancia.

Estaba yo en el parque con mis tíos abuelos. No recuerdo qué ocurría, pero supongo que, mientras yo jugaba, ellos me vigilaban cariñosamente.

Lo más seguro es que había niños revoloteando.
Probablemente también había personas paseando a sus perros, gente en bicicleta, pelotas, pasto, árboles...

Pero a mí se me ocurrió pedir un algodón dulce justo cuando el "algodonero" se había ido. Así es que, con mis tíos abuelos, seguimos el carrito de algodones por todas las calles. Y caminamos, caminamos y caminamos, hasta que las calles se envuelven en neblina través de mis sueños y no puedo recordar nada más.

Lo único claro es mi tía Susana, sujetada del brazo de mio tío Daniel. Caminando rápidamente para alcanzar el algodón de dulce. Ellos siempre se amaron tanto como nunca vi amarse a nadie.

Y hoy, mis sueños de la niñéz se van perdiendo cada vez más.
Mi tío daniel está muerto y a mi tía susana no hay quien la consuele.

Pero el algodón aun me endulza el corazón.