lunes, enero 10

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(…) Pero mientras que uno ve la cabeza de una serpiente y el cuerpo de un macho cabrío, el otro ve los ojos de una araña que salen del vientre de un tiburón con piernas de cerdo, etc. Hemos de recordar que los antiguos no eran tan sofisticados como nosotros. No quiero decir que esto sea una ventaja para nosotros, solo se trata d una diferencia. La cuestión es que, a la hora de componer estas descripciones, ellos no tenían la riqueza de imágenes que teníamos nosotros. Y (éste es un punto importante) no hemos de olvidar que estas informaciones las hacían personas atemorizadas, incluso desquiciadas. El miedo instintivo es una fuerza poderosa, puede dejarnos clavados en el sitio, paralizarnos, o puede hacernos correr locamente contra un muro de ladrillo. Quiero decir que el miedo, tal como el amor y el odio, es una forma de enfermedad mental.
- ¿El amor es una forma de enfermedad mental?
- Por supuesto. ¿Cuántas veces ha hecho una locura solamente porque estaba enamorado?
Goward volvió a coger la pipa que había dejado en el cenicero de su escritorio. Mientras la llenaba con el tabaco que sacaba de una bolsa, prosiguió:
- Una vez más, no me malinterprete. No quiero decir que una enfermedad mental sea una cosa perjudicial en sí, solo es otro estado de la conciencia. La gente normal, saludable, activa, entra y sale de esos estados todo el tiempo. Siempre decimos que “Ningún amor es para siempre” como si fuera una gran tragedia. Amor, odio, miedo, nada de todo esto podría durar siempre. No es posible. Requieren demasiada energía. Son, los tres, meramente estados alterados de la conciencia, en los cuales entramos cuando necesitamos los recursos particulares que su punto de vista particular propone ante las cosas con que estamos tratando en ese momento de nuestra existencia.
- Hace usted que todo esto parezca sencillo, doctor.
- Es que realmente lo es, señor London – respondió Goward, mientras encendía la pipa. Todas las cosas de la vida son sencillas, siempre que uno consiga encontrar el punto de vista adecuado para considerarlas. Así pues - dijo, dándose una palmada en las rodillas, con la pipa sujetada con los dientes-, veamos si podemos encontrar un punto de vista adecuado para la situación en que nos hallamos, que le parece?

Bien…el siguiente es el comentario de un libro que estoy leyendo: se llama “Enemigos de la luz”, de C.J henderson. Igual es bueno…tiene los típicos matices de “Extraterrestres en la tierra” tan característicos de la ciencia ficción. Aun no lo termino pero intuyo que tendrá un final interesante. Además tiene pasajes con comentarios digamos algo…filosóficos que nos hacen pensar (al menos a mí) sobre nuestra propia vida.


- ¿Conocen la relación entre la luna y las enfermedades mentales? – respondió Coleman -. Por la luna se llama así a los lunáticos, ¿no es cierto?. La luna llena provoca locura. ¿Y saben por qué?
- Por la gravedad. Igual que las mareas, la gravedad de la luna puede afectar a nuestras cabezas y hacernos enloquecer. ¿Es así?
- Sí, en efecto. Pero no solo la luna posee gravedad. Todo tiene gravedad. Así es como funciona la astrología. En épocas diferentes del año y los días, la luna, los planetas y el sol están en posiciones diferentes… Diferentes ángulos y diferentes combinaciones de gravedad que desempeñan un papel en el niño aun no nacido, que deciden su futuro, modificando la humedad de su cerebro…


Bien… Este es otro pasaje del mismo libro. La verdad es que eso de la luna nunca se me había ocurrido pensarlo….pero la luna nos vuelve locos a todos ¿verdad?. La forma en la que nos inspira cuando estamos tristes es realmente….magnética..No?
Por otro lado, nunca he creído en la astrología pero me parece ALGO convincente esta pequeña teoría… sí…tal vez la gravedad modifique en algo la forma en cómo será el niño que va a nacer…pero jamás creo que modifique el futuro de éste. Yo creo que la forma en como sea va a modificar su futuro…no?