domingo, noviembre 28

Soledad

Lo que pido es tan simple que nadie me lo puede dar. Solo quiero un instante de soledad.
Tener la paz de saber que nadie vendrá a leer lo que escribo, que nadie va a interrumpir mis pensamientos -por muy tontos que sean- para traerme de vuelta a la cotideaneidad.
Si tuviera dinero compraría un mundo secreto, un castillo en ruinas y hasta un auto para buscar lugares solitarios. También podría hacerme de un revólver y matar a toda la humanidad, pero no es un método seguro; tal vez me falten balas.
Que incómoda es la gente, debes adaptarte a sus personalidades para ser feliz. Si no fuésemos "seres sociales" todo se arreglaría de manera simple. No habría neesidad de amar y de llorar. Al estar solos inventaríamos nuestros propios modos de ver la vida, incluso nuestros problemas para divertirnos; y no tendríamos que luchar con nadie por un rato de soledad.
¿Sabes qué es lo peor de todo?, que esto es imposible, porque tarde o temprano terminamos extrañanando a alguien; la humanidad es la peor droga para sí misma, y la más adictiva.

jueves, noviembre 25

Los introvertidos

"La columna" (por: Andrea Palet)
Revista Paula; Abril 2003, edición 879.

"...(Los introvertidos conformarían un 25% de la población mundial; pero, ¿Quién los habrá contado?) y Rauch detalla esta disposición del carácter con la misma pedantería con que describiría a una orquídea rara. pero, quitando la pedantería, aclara varias cosas. Primero, los introvertidos no desprecian a la humanidad como los misántropos. En verdad les gusta mucho la gente (pero ojalá de una en una) y no siempre son tímidos; les encanta conversar y relacionarse (solo que necesitan largas pausas de soledad entre medio, y sienten un invencible desánimo ante la charla insustancial - small talk - con desconocidos). Su reserva es una condición que no pueden evitar, no una opción, y, siquiendo con el símil vegetal, es como un problema de fotosíntesis: tienen poca energía para la vida en sociedad. Son el anverso de los extrovertidos, seres que aprecen nacidos con el celular incorpordo y que se esponjan, entibian, florecen en presencia de otros - que solo se explican a sí mismos en contacto con otros - y que, por lo tanto, no entienden que uno no responda con evasivas a su generpssa oferta de cháchara y compañía.
¿Quieren un ejemplo?. conozco a una persona que odia loa asados. hay algo en la temporalidad de los asados, en la idea de estar rondando por horas la maldita parrilla, siempre masculina, sin poder echarse en un sofá para mirar el dibujod e la alfombra, o ese cansancio terrible que produce el tener que hablar y escuchar durante un buen rato, y con hambre, que hacen que cualquier introvertido prefiera intoxicarse con galletas ante la sola mención de 'tirar una carnecita'. ¿es tan raro acaso?"
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Solo me queda dar algunas opiniones...

1º: creo que la introversión, si bien muchas veces no la podemos controlar, muchas veces se elige; y no siempre los introvertidos estamos con la mente perdida y el corazón volcado por "tener amigos"
2º: me gusta eso de las largas pausas de soledad..es tan cierto..
3º: me encanta lo de "small talks"..es tan cierto, nuevamente..
4º: sí..generalmente odio las reuniones sociales.

Cadáver

En el fondo hay muchos seres, especialmente en la actualidad, que viven sin vivir; viven sin alma.
Creo que si no estás dispuesto a morir al menos por alguna cosa que te apasione..estás ya muerto...vale la pena "vivir" así?, pero..no estás viviendo..