lunes, diciembre 27

La mortalidad del cangrejo

El cangrejo: un animal que pasa sus días confinado en la playa. Para mí que es algo estúpido y no tiene otro fin que buscar alimento para sobrevivir. Ah!, y también reproducirse y dejar descendencia. Bueno…el cangrejo no es el tema de este escrito, así como ningún otro en especial; solo que tomaré distintos pensamientos que uno tiene durante el día y los juntaré aquí. Tal vez no tengan nada que ver uno con el otro y no modifiquen en nada la cultura general del lector. La verdad es que eso no me importa. Solo escribo, y al que le interese leer, que lea.

La navidad ha pasado recientemente sobre todos nosotros y fue tan rápida que disfruté más de los tiempos previos a ella que de ella misma en sí. Personalmente, estas fechas me dan asco. Todos los lugares se llenan de gente – más bien de bolsos y paquetes que parecen llevar gente – y de fatídicas ofertas que podemos pagar cómodamente en ochocientas cuotas mensuales. Los negocios contratan personal armado hasta los dientes para esta cruenta batalla de viejas gordas chocándose entre sí para ganar la “oferta de oro” y nadie piensa en otra cosa que no sea el gordo y masoquista viejo pascuero (siempre me he preguntado porqué no crean el santa claus latinoamericano: con un cómodo short, sandalias y alguna polera roja, para no desentonar).

Con motivo de tanta “fiesta” conversaba hace algunos días con mi amigo Emilio. Creo que él me pegó su repulsión hacia el Viejo pascuero y fue él mismo quien llevaba una polera roja algo sugerente. En fin, pensábamos en la posibilidad de que en un tranquilo sábado santiaguino alguien sacara un cuchillo y lo enterrara en algún cuello, o de qué se formaría si cruzábamos a mi guitarra acústica con mi nueva guitarra eléctrica. Es que acaso la magia de la navidad transformaría esa bella unión en una guitarra electroacústica? No... No creo que santa claus sea tan inteligente como para lograr eso. Si bien respeto su gran capacidad para repartir 1216123461011626154354515761…. Regalos en una noche, no me convenzo de que alguien sea tan estúpido como para andar con abrigo mientras caen los patos asados.
Creo que también criticábamos grandemente toda esa “mierda” que nos pegan nuestros hermanos norteamericanos. Afortunadamente (para mí), no poseo tendencia política, o tal vez es una mezcla tan grande de pensamientos que no cabe en una sola ideología. En fin, a pesar de eso, no me gusta heredar esa “rica” cultura del norte, de la cual solo me quedo con grasa pegada en las arterias gracias al bueno de MC Donalds (recinto en el cual estuve comiendo hoy en la mañana, y ayer, y anteayer…).Bueno, la contradicción es uno de mis grandes defectos…tal vez porque me encanta dar argumentos siendo que no los tengo. Pero en fin, así es la vida (como dicen por ahí) y no soy de esas personas que nacen con la capacidad ( o “don”, para algunos) de dar buenas explicaciones y argumentos. Yo soy de esas personas que solo observan y crean teorías tan absurdas que al final solo la gente como uno puede entenderlas. ¿Será porque creo que tengo alma de artista?...
Si es que terminaste este escrito, en realidad te compadezco, pues no hay alma tan masoquista como para este trabajo de leer cosas de gente loca.






jueves, diciembre 23

Requiem Mozart

† El Réquiem de Mozart suena de fondo. Una mujer corre a través de un largo pasillo. Desesperación, soledad, tristeza....¿hay algún adjetivo que junte estas palabras?. Pues bien, su estado natural era una mezcla de aquellas. Buscaba algo, deseaba algo, tal vez. Ni ella misma lo tenía muy claro. Y al fin lo vio sumergido en otro mundo. estaba protegido por su cara de ángel y las cosas feas y tristes del mundo lo hacían sufrir. El cabello se derramaba sobre sus ojos inocentes y sus labios yacian intactos por la soledad. Ella intentó acercarse a él y abrazarlo pero una pared de vidrio totalmente transparente se interpuso en su camino. Así es como pegó la palma de su mano al vidrio y las lágrimas comenzaron a rodar por su piel. Finalmente las gotas llegaron al suelo y atacaron sus desnudos pies como ácido. Así murió lentamente, quemada por el dolor mientras él ni se percataba de su presencia. Al final quedó tirada en el suelo y justo cuando daba su último respiro, él levantó un poco su mirada. "Oh, pobre de ella" se limitó a decir y luego volvió a agacharse sobre su alma. Así todo regresó a la normalidad y el pequeño destello de amor que se había formado murió junto con la última nota del réquiem. †

viernes, diciembre 10

Belleza humana y las rosas

Podemos comparar la belleza humana con una rosa. Al comienzo es tan tímida que no se atreve a ser más que un botón... es tímida porque permanece junto al rosal sin que nadie la descubra; y sin embargo, tarde o temprano florece y se llena de color, llama la atención y es cortada. Se excibe, se regala como ofrenda de amor, tal vez se utiliza para llenar de vida uno que otro ambiente, y hasta se ocupa orgullosamente para alguna vanidad. Todo es así hasta que se seca. Entonces la botamos y suplantamos el ramillete por otro nuevo. ¿Que algo queda?, claro que queda, a lo más guardada en un libro con solo un esbozo de lo que fue su belleza real.
Sí; definitivamente lo único que queda al final es la primera impresión que nos causó su belleza. el resto es solo un ahogo desesperado por intentar conocer algo más.