viernes, diciembre 10

Belleza humana y las rosas

Podemos comparar la belleza humana con una rosa. Al comienzo es tan tímida que no se atreve a ser más que un botón... es tímida porque permanece junto al rosal sin que nadie la descubra; y sin embargo, tarde o temprano florece y se llena de color, llama la atención y es cortada. Se excibe, se regala como ofrenda de amor, tal vez se utiliza para llenar de vida uno que otro ambiente, y hasta se ocupa orgullosamente para alguna vanidad. Todo es así hasta que se seca. Entonces la botamos y suplantamos el ramillete por otro nuevo. ¿Que algo queda?, claro que queda, a lo más guardada en un libro con solo un esbozo de lo que fue su belleza real.
Sí; definitivamente lo único que queda al final es la primera impresión que nos causó su belleza. el resto es solo un ahogo desesperado por intentar conocer algo más.

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