La muerte

A veces, cuando estoy tranquila y libero completamente los pensamientos de mi cabeza, puede que esté escuchando una canción hermosa que me hace querer desear morir en ese momento, llena de paz.

Por qué alguien va a querer otra vida despúes de la muerte si es tan bello dormir?, así como en una canción de cuna, irse lentamente, en paz.

Sueños relativos

Soy una mujer chilena de 21 años con mentalidad de niña. No podría mantenerme sola porque dependo de mi mamá para salir adelante, y tampoco tengo ganas de independizarme.

Sueño con llevar una vida sana y alegre, con una buena cantidad de diversión y desafíos y tener el dinero suficiente como para salir en mi auto y poder pagar el dividendo de algún departamento decente. También sueño con poder viajar por el mundo y conocer la máxima cantidad de lugares posibles.
En un par de meses voy a cumplir tres años de noviazgo con un hombre bueno que se preocupa de mí y que tiene sueños parecidosa los míos.

En Nicaragua vive una mujer que nació el mismo año que yo y que tiene 3 hijos desnutridos. Se mantiene sola porque no le queda otra opción y la vida la obligó a madurar tempranamente, aunque ella no se dió cuenta de eso.

Ella sueña con alimentar a sus hijos y lograr que sean felices, pero en Nicaragua la tasa de cesantía es alta y los alimentos suben de precio a cada momento. Además el padre de sus hijos se fue hace mucho tiempo y ella tiene que inventar soluciones por su cuenta.

No sé si mis sueños son menos válidos que los de ella, y tampoco se si ella tiene una buena razón para vivir. El ambiente modifica tanto el alma como para ser diferente?

Sucedáneo de corazón

Soy especialista en escapar de los problemas.
Si pudiera, me escaparía ahora mismo de mi terreno típico y viajaría por el mundo, solo para llenarme de sensaciones nuevas e intentar liberarme fructíferamente de mi apego al hogar que tan encerrada me tiene el alma. A veces mi alma corazón encarcelado, la mayoría del tiempo, y eso provoca que cualquier mínimo cambio a la rutina me cause daño.
Maldita de mi. Cambiaría muchas cosas de mi corazón para dejar de ir contra la corriente.

Destino

Hay cosas inevitables en la vida, y todo cae por su propio peso.

Es extraño y hermoso a la vez que una vida tan amarga y llena de sufrimientos tenga cosas tan hermosas, como esa gota suave que cae de tus ojos y te acaricia la piel mientras no puedes aguantar le pena que te embarga.

Pero en fin, hay penas inevitables. Penas que podrían solucionarse fácilmente con una sola palabra o con un mínimo gesto... el problema es que es dificil cambiar la escencia de un ser humano.

Tengo mi corazón negro y lleno de odio y amargura. Es triste decirlo, pero esa amargura no sale de mi enterior, está pegada como el moho se pega a la pared de piedra de un lugar eternamente húmedo y apartado del sol. Así es mi alma.Enmohecida.

Es dificil saber que daño el corazón de la gente que más me ama y a la que más amo, pero es casi inherentea mi escencia.

La gente como yo debe apartarse inevitablemente. A los demás les hace tan mal mi compañia constante como la droga daña a los adictos.

Es triste, es insano de mi parte pensarlo y es principalmente cobarde. Pero la negrura que ven mis ojos en este momento me impide pensar con claridad.

La vida desde mis ojos

Hay varios fenómenos destacables a la hora de hablar de medios de transporte urbanos.

Cuando me subo a las micros, por ejemplo, mi mente se abstrae unas 10 veces más de lo normal y me torno melancólica o extremadamente soñadora.

No sé si será el efecto hipnótico de sentir que te dejas llevar o la sensación de relajo que te provoca mirar el paisaje que se torna deforme con la velocidad a la que vas.

Al final me di cuenta que todo era el efecto de la música. Nunca podría abstraerme cuando viajo en una micro si no fuera por la ayuda de mi mp3 con los temas que me hacen soñar.

Otra cosa es el metro. A veces se torna extremadamente aburrido. Pero si intentas bajarte, por ejemplo, en estación Santa Lucía, te puedes divertir mucho tiempo mirando a la gente que espera a alguien en el sector de la boletería.

A veces confieso que he deseado que a quien espero se demore en llegar para poder observar cómo actua la gente cuando se dan cuenta de que, probablemente, la persona a quien esperan podría no llegar con ellos.

Es como si el mundo se les viniese encima de repente y puedes ver fácilmente su cara de desesperación acechante hacia ambas salidas.

En esos momentos te das cuenta de que los seres humanos somos susceptibles a más no poder. El mundo no se viene abajo si alguien te deja esperando. Puedes fácilmente hacer cosas solo pero, ¿Por qué será tan complejo el que alguien no llegue a una cita concertada?, es como si te sintieras perdido y completamente solo, como un niño que nunca ha salido solo a la calle.