Santiago es una ciudad abierta. Llena de bares, gente, celebraciones, oficinas, llantos, alegrías, tristezas, smog, micros, universidades, estudiantes, farmacias, taxis, amor, desamor y un sinfin de cosas más.
La vida es dificil en Santiago de Chile.
Todos lloran, cambian de opinión más rápido de lo que piensan y te golpean cuando no sabes algo.
Además aquí todos son niños. La gente parece madurar cada día más tarde pero debemos enfrentar responsabilidades muy temprano. Será por eso que todos adoptamos actitudes depresivas?.
Antes la gente solía ser más alegre, pero ahora, cuando profundizas en sus sentimientos a través de una conversación, (ya sea tecnológica o físicamente hablando) sueles encontrar marcas oscuras en el alma de la mayoría.
Ya no se ve aquella alegría estúpida e inocente que solía cubrir a las personas del pasado. Ahora una circunstancia dolorosa puede acarrear un gran orgullo para cualquier alma santiaguina que se ve obligada a ser fuerte con el día a día.
Será eso o será más bien que esto ha ocurrido siempre, y no solo en las capitales?
O será más bien que, con el correr del tiempo y el avance de la inteligencia en los hombres, las almas humanas comienzas a autodestruirse?, Tal vez la humanidad se está sumiendo en depresión poco a poco, y esta es nuestra forma de martarnos a todos y acabar con la humanidad. Será a caso una especie de venganza de la naturalea por todo lo que le ha hecho el raciocinio de un animal que se convirtió en un ser pensante?
martes, noviembre 15
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